El alcalde de Cabo Rojo, Jorge Morales Wiscovitch, aseguró que su administración ha reforzado la fiscalización de los comercios para que cumplan con las regulaciones impuestas para frenar los contagios por coronavirus y que la desobediencia podría implicar el cierre.
“Si hay que cerrar un negocio, lo vamos a cerrar”, aseveró el ejecutivo municipal en entrevista con Voces del Sur.
El programa “Salud para mi pueblo”, que se encarga del rastreo de casos y del trabajo de orientación, visita los negocios “constantemente”.
“En estos días ese equipo estuvo visitando una fábrica donde no se estaban siguiendo los protocolos requeridos, y nos enteramos allí que hubo unos casos de COVID y pues el lugar fue cerrado inmediatamente”, mencionó sin revelar el nombre del lugar.
Morales Wiscovitch agregó que se continúa entregando equipo de protección y desinfección, y que los fines de semana la Policía Municipal tiene instrucciones de monitorear las entradas a los poblados playeros para evitar la aglomeración de personas en las aceras.
Cabo Rojo también tiene un centro de realización de pruebas de antígenos para detectar coronavirus que abre todos los lunes. El mismo se encuentra en la Escuela JML Curry, frente a la alcaldía, y opera de 10:00 a.m. a 2:00 p.m.
Morales Wiscovitch expresó sentirse satisfecho con el plan de contingencia puesto en práctica durante la Semana Santa cristiana, mismo que se utilizará los fines de semana. En el mismo participan la Policía Municipal, la Policía de Puerto Rico y el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).