Sara R. Marrero Cabán
Voces del Sur
El 2020 trajo consigo nuevos y grandes retos a la vida cotidiana del puertorriqueño, en especial, a los restaurantes locales, los cuales han sufrido cuantiosas pérdidas económicas, en primera instancia por la actividad sísmica y ahora por la emergencia provocada por la enfermedad COVID-19.
Luego de la imposición de un toque de queda y el cierre parcial de negocios en la isla, con excepción de aquellos que suplen las necesidades básicas de la población como alimentos, medicinas y combustible, muchos restaurantes se vieron forzados a modificar su operación, mientras otros optaron por cerrar.
Esta última fue la decisión que tomó José Lucca, dueño de La Manada Ribs V8 The Place en Guayanilla.
“Nosotros estuvimos cerrados por los sismos. Luego de que abrimos, operamos escasos tres domingos. El tercero, que ahí fue que pusieron el toque de queda, fue un día bien malo, porque no hicieron más que anunciarlo y se paralizó todo. Nosotros decidimos no operar, porque tampoco queremos… estar en la calle”, expresó el empresario a Voces del Sur.
Para Lucca, el cierre de su negocio hasta, al menos el 30 de marzo, representará un serio golpe económico con pérdidas estimadas de aproximadamente $12,000.
Al momento, los empleados de La Manada Ribs V8 The Place recibirán la mitad de su salario hasta que el negocio pueda retomar sus trabajos, operando como un “food truck”.
“Cuando arranquemos, arrancamos en la calle. La gente pasa, se le entrega la comida y seguimos. Ese es el plan que tenemos para cuando pase la cuarentena”, aseguró Lucca.
Otros establecimientos que prefirieron cerrar sus puertas tras la imposición del toque de queda fueron Isla Cueva y Moons Bar y Tapas, ambos ubicados en el poblado de La Parguera de la ciudad de Lajas.
“Estamos esperando directrices del gobierno para saber qué se va hacer. ¿De que afecta el desarrollo económico? Sí, afecta enormemente”, indicó Sylmarie González Orengo, gerente de los restaurantes.
En ambos casos, los empleados recibirán la nómina devengada hasta el 15 de marzo. Cualquier decisión drástica se tomará después del 30 de marzo.
Restaurantes operando parcialmente
Por otro lado, otros restaurantes continúan ofreciendo sus servicios mediante órdenes para llevar, como el restaurante El Paraíso Fonda Criolla en Ponce.
“(La operación) cambió totalmente. Estamos operando solamente en órdenes para llevar. Claro está, las ventas han caído a menos de un 50 por ciento, pero, ofrecemos servicio limpio (y) seguro, por eso nos hemos atrevido a mantener la operación mientras se pueda”, comentó Ana Irma Bonnet, dueña del restaurante.
De acuerdo con Bonnet, los empleados del restaurante siempre han mantenido un protocolo estricto de higiene que incluye el uso de detergentes desinfectantes, guantes y redecillas.
“Esto va a ser semana en semana, día a día. Las decisiones que estaremos tomando, igual que la operación, de acuerdo al flujo, porque lo que queremos es ayudar a nuestros empleados”, manifestó.
Otro restaurante que también sigue operando durante la emergencia es La Cocina de Jannellys en Juana Díaz, el cual también ha experimentado una merma en la cantidad de clientes a causa de la situación generada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
“El mayor impacto que hemos tenido, es el mismo que los demás restaurantes, los clientes no llegan. Las órdenes que recibimos es porque le enviamos el menú diario y hemos tenido que bajar mucho los precios de la comida ya que hay mucha gente sin trabajar y no pueden pagar lo mismo”, señaló a este medio en declaraciones escritas Jannelly Zayas Meléndez, gerente del local.
Según Zayas Meléndez, la disminución de la clientela se tradujo en una pérdida estimada entre $9,000 a $11,000 durante esta semana solamente.
“La baja en venta ha sido marcada y es difícil seguir pagando los gastos corrientes ya que muy pocas agencias han anunciado una moratoria para los pagos”, agregó.
La situación ha llevado a la gerente a proponer cambios en la operación del restaurante tales como abrir todos los días de la semana, la entrega de comida a domicilio y diversificar su oferta.
En cuanto a las medidas higiénicas, la gerente aseguró que “el empleado que entrega las comidas, ya sea en el restaurante o el ‘delivery’, utiliza guantes y mascarilla todo el tiempo, se limpia el área cada vez que un cliente viene y se va con Lysol & Clorox”.
“La mayoría de los pagos son por ATH o ATH Móvil para que no tengamos que manejar efectivo, ya que este es considerado como un medio de contagio también”, destacó.
De manera similar, Antesala en Coamo ha continuado operando pese a que las ventas también han mermado de manera notable.
“Las órdenes son mucho más pequeñitas, el que antes gastaba $40 solamente te va a gastar $10, $15. Por ejemplo, bebidas alcohólicas no se vendió nada ayer. La gente viene más por lo básico”, explicó Elvis Martínez, codueño del café.
Por su parte, Carmen Cruz, quien es la otra propietaria del local, subrayó que la emergencia propone un cambio en la función del establecimiento en el futuro, empezando con el horario de operación.
“Uno se tiene que reinventar porque la mentalidad de la gente ha cambiado radicalmente. Ya no es lo mismo. No solamente aquí en Puerto Rico, sino en todo el mundo va a ser bien diferente. No va ser igual”, pronosticó Cruz.
Publicado: 21 de marzo de 2020