Pedro A. Menéndez Sanabria
Voces del Sur
Tras cerca de dos meses de su inauguración, el restaurante Velada tuvo que cesar sus operaciones de manera indefinida luego de que el fuerte temblor de magnitud 5.9 experimentado hoy, sábado, provocó daños al edificio que ubica en el casco urbano de Ponce.
La estructura, una de las más antiguas de la Ciudad Señorial conocida como la Casa Vives, sufrió la ruptura de parte de la fascia en su exterior y una porción del techo, el cual cayó en la esquina de las calles Vives y Atocha.
“Así no podemos operar. Queremos hacer una inspección más a fondo con ingenieros que puedan certificar que la estructura tenga alguna posible operación en el futuro, pero por el momento queremos permanecer cerrados y hacer los ajustes pertinentes”, expresó a Voces del Sur uno de los codueños del negocio, Jean Paul González.
Horas más tarde del sismo, personal del establecimiento se dio a la tarea de sacar de la estructura documentos importantes, equipo y otros artículos de manera preventiva ante los constantes movimientos telúricos que continúan afectando la región Sur del país y que han provocado el colapso de residencias, iglesias y otros edificios.
“Gracias a Dios, dentro del local no vimos mucho daño. Ahora estamos bien enfocados en la seguridad de nuestros empleados y los clientes”, agregó González.
El restaurante Velada cuenta con 22 empleados y tiene acuerdos con numerosos suplidores alrededor de la isla.
El local se habilitó con una inversión de cerca de $250,000 ya que el edificio llevaba más de 10 años en desuso y requirió mejoras incluyendo la construcción de nuevos baños.
En cuanto a los planes futuros para el restaurante, el cual abrió sus puertas en noviembre de 2019, otro de los dueños de Velada, Luis Emmanuelli, se mostró esperanzado de “poder levantarse” de la situación, aunque reconoció que al momento reina la incertidumbre en la isla.
“Esto no es como un huracán, donde sabes cuándo pasa y puedes comenzar a reconstruir. Ahora mismo no sabemos cuándo esto (los temblores) va a detenerse”, señaló Emmanuelli, quien mencionó que el incidente pudo haberlo sorprendido dentro del negocio ya que hoy tenían planificado preparar comida para llevarla a varios centros de refugiados de la región.
“Se trata de un proyecto que empezó con mucha ambición, pero todo tiene un propósito. Estamos ahora levantándonos. Queremos poder ver las opciones sobre la mesa teniendo en cuenta qué es posible reconstruir”, añadió.
Publicado: 11 de enero de 2020