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Estudiantes descubren las maravillas de la neurociencia en Ponce

14 de mayo de 2018 - 7:03 am

Pedro A. Menéndez Sanabria
Voces del Sur

¿Alguna vez se ha preguntado por qué algunas personas empiezan a reírse cuando están nerviosas, mientras que otras tiemblan o comienzan a sudar? ¿A qué se debe que hombres y mujeres de todas las edades necesiten tomar una taza de café todas las mañanas?

El grupo de décimo grado de la Academia Ponce Interamericana (API) encontró respuestas a estos cuestionamientos a medida que fueron aprendiendo sobre el funcionamiento del cerebro, el comportamiento humano y otros aspectos de la neurociencia.

“La neurociencia es un campo que está de moda actualmente ya que su estudio tiene implicaciones en muchas áreas en las que se están logrando muchos avances, por lo que hay una gran demanda”, explicó a Voces del Sur la profesora Carolina Pellicier Rodríguez, quien desarrolló el curso.

A través del entendimiento de las partes del cerebro y cómo este órgano reacciona a estímulos, sustancias químicas, medicamentos y otros impulsos junto el resto del sistema nervioso del cuerpo, la educadora vio una oportunidad de brindarles a sus alumnos una serie de conocimientos que integran diversas ramas de la ciencia como la biología, ingeniería, química y psicología.

“De algo complicado busqué la simplicidad y me enfoqué en hacer el curso lo más visual posible, tanto con ilustraciones como con ejercicios prácticos. El curso va poco a poco llevándolos desde los conceptos simples como la neurona y la estructura del cerebro hasta aspectos más elaborados como las enfermedades neurológicas”, detalló la profesora, quien también tiene a su cargo la clase de química en la academia adscrita al Recinto de Ponce de la Universidad Interamericana de Puerto Rico.

Educación más allá de lo convencional

La aplicación de los conceptos inculcados en el curso ocurre a través de ejercicios innovadores como una clínica para curar zombis, en la que los alumnos tenían que diagnosticar la razón por la cual su “muerto caminante” tenía problemas para hablar, caminaba lento o era agresivo.

“Como parte del ejercicio, ellos tenían que diseñar su zombi y explicar qué partes del cerebro estaban afectadas de acuerdo con los síntomas y luego qué neurotransmisores y otros elementos podían usar para curarlos”, abundó la maestra.

Otro de los ejercicios en los que estuvieron involucrados los alumnos fue el ‘Brain Safety Challenge’, por medio del cual tuvieron que aplicar sus conocimientos sobre la anatomía y fisiología del cerebro para diseñar una manera de proteger un huevo que sería dejado caer a una altura de 22 pies.

“Además de diseñar la manera en la que protegerían el huevo, que representaba una cabeza, ellos tenían que dibujar las partes del cerebro en el huevo de manera que si sufría algún daño entonces podían anticipar qué efectos podría tener esa ‘lesión’”, relató Pellicier Rodríguez.

De manera similar, el grupo de décimo grado pudo tener cerebros en sus manos y escudriñar con instrumentos de laboratorio porciones de estos órganos gracias a personal de la escuela de Medicina de Ponce.

“Aquí en la academia siempre nos hemos esforzado, por medio de laboratorios y actividades, para que el estudiante descubra cómo puede aplicar lo que aprende a su vida diaria. En este caso, el vínculo con la Escuela de Medicina ha sido de mucho provecho ya que hemos tenido muchos doctores y profesores que han venido a visitarnos y explicado cómo los conceptos de la clase están vinculados con asuntos como la depresión y los efectos del consumo de drogas”, señaló Armaris Siurano Rosado, coordinadora del Departamento de Ciencia de API.

Según Siurano Rosado, en el curso también se ha implementado el arte como método de enseñanza al brindarle la oportunidad a sus integrantes de crear una exhibición por medio de la cual compartieron sus conocimientos con estudiantes de nivel elemental.

“Por medio de este otro proyecto logramos que ellos hicieran sus propias investigaciones y se convirtieran en nuestros profesores, de manera que enseñaran a los más pequeños sobre algunas de las enfermedades neurológicas”, abundó Siurano Rosado.

Inspiradas por la neurociencia

El curso ha estimulado a varios de los estudiantes a auscultar la posibilidad de incursionar en áreas como la neurocirugía y la farmacéutica.

“Desde que me enteré del curso me llamó mucho la atención porque era algo diferente a las clases que estamos acostumbrados como la química y la biología. En los pasados meses he podido aprender más sobre los medicamentos que tomamos, nuestro comportamiento y cómo los humanos trabajamos”, declaró la estudiante Camila Batista.

La joven, que quiere convertirse en farmacéutica, aseguró que le ha encantado el curso ya que ha tenido la oportunidad de sentarse en el laboratorio, no solo para aprender, sino también para crear, diseñar y trabajar en posibles aplicaciones.

Así se expresó también su compañera de grupo, María Sanabria, quien afirmó que previo a la clase nunca había tenido la oportunidad de ver un cerebro. Ahora quiere ser neurocirujana.

“Esta clase me permitió entender por qué todos en casa tenemos que tomar por lo menos dos tazas de café al día, mientras otras personas no lo necesitan”, dijo la estudiante, que reveló que el conocimiento adquirido también le permite entender mejor una enfermedad por la que atraviesa su madre.

Otra de las integrantes del curso, Alondra Cruz, recalcó que la experiencia fue totalmente diferente a la que vivió en el plantel al que asistía previamente.

“Nos han dado muchas oportunidades para ver esto desde distintas perspectivas. Todo me ha gustado, en especial porque ahora estoy confiada en que cuando me gradúe en unos años voy a poder ir a la universidad y no se me va a hacer difícil aprender de temas nuevos y complicados”, manifestó.

Publicado: 14 de mayo de 2018

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Pedro Menéndez Sanabria
El periodista ponceño Pedro A. Menéndez Sanabria ha trabajado en medios nacionales y regionales en Puerto Rico por más de una década. Fundó vocesdelsurpr.com en el 2015 y actualmente funge como su coeditor. También ha sido profesor en la Universidad Interamericana de Puerto Rico en Ponce.