El hombre y el adolescente asesinados el martes en Guayama y Salinas, respectivamente, eran hermanos de crianza y al menos el adulto estaba relacionado con el narcotráfico.
Giovanni Anaya de Jesús, de 21 años, y José A. Soto Atiles, de 16 años, vivían con su padre de crianza en un apartamento del residencial público Luis Palés Matos en Guayama, informó el capitán Miguel Figueroa Lugo, jefe del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Guayama.
Anaya de Jesús “controló el punto de drogas del residencial en un tiempo” y aunque enfrentaba cargos de sustancias controladas, armas y violencia doméstica estaba libre porque se le concedió la excarcelación por habeas corpus, debido a que los términos de juicio rápido se vencieron durante la emergencia provocada por el huracán María. También era sospechoso de varios asesinatos.
El oficial afirmó que la muerte de los hermanos está relacionada con el trasiego de drogas y que “se sospecha que hay un intento de control del punto de drogas de ese residencial por parte de organizaciones ajenas al pueblo de Guayama”.
No obstante, de Soto Atiles no se indicó que tuviera faltas en su record. Figueroa Lugo evitó comentar si su asesinato pudo haber estado motivado por una venganza a su hermano.
Los crímenes
El capitán contó que Anaya de Jesús viajaba como pasajero en un automóvil Mazda 3 blanco conducido por Carlos Gely Rivera, de 28 años, cuando fueron atacados a tiros frente al residencial cerca de las 3:00 a.m. del martes.
“Los venían siguiendo desde el tribunal hasta la entrada de la armería de la Guardia Nacional, que queda cruzando la calle, y allí los atacaron. Como la Comandancia de Guayama colinda con esa área, los agentes fueron y se encontraron la escena. Había 200 casquillos de bala calibre 23 (rifle), .40 y 9 milímetros, y en el vehículo se ocupó como $20 mil en droga entre cocaína, marihuana, heroína, crack y pastillas”, detalló.
Mientras, a las 5:30 a.m. la Policía recibió una llamada telefónica que alertaba sobre un cadáver encontrado en las Parcelas Vázquez, sector La Lapa, en Salinas. Se trataba de José Soto Atiles.
“Al menor lo secuestraron de la casa del papá en el residencial. El señor es una persona no vidente. En la escena del crimen se encontraron 49 casquillos de bala calibre .40 y 9 milímetros”, apuntó el oficial.
El jefe del CIC dijo que, ante esta situación, ajustaron su plan de trabajo para tratar de evitar una cadena de asesinatos relacionados.
“El plan anticrimen corre según corre la incidencia criminal. Hoy (ayer) se hicieron los ajustes para prevenir posibles sucesos que se puedan dar. Se va a seguir vigilando el residencial de forma preventiva para evitar posibles represalias”, comentó.
Sobre el progreso de la pesquisa, manifestó que “seguimos recibiendo información del caso y la investigación está adelantada. Entendemos que en los próximos días debemos estar listos para consultar el caso con la Fiscalía”.
El fiscal Marcos Algarín y el agente Carlos León Vázquez conducen la pesquisa del asesinato de Anaya de Jesús. El crimen del menor es investigado por el agente Neftalí Morales Antonetti y el fiscal Jorge Mafuz.
Publicado: 1 de marzo de 2018
