El ingeniero ponceño Gerardo Misla Villalba fue seleccionado ayer como el Apoderado del Año del Baloncesto Superior Nacional (BSN) por su labor en el 2017 con los Leones de Ponce.
El galardón acentúa una temporada de grandes retos para Misla Villalba y su equipo de trabajo, que tomó la iniciativa de traer a la Ciudad Señorial la Liga de las Américas de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), torneo que le sirvió a una edición renovada de los Leones como prueba preparatoria para el torneo.
“Nosotros somos una familia que está envuelta en el día a día de la operación y en este caso el premio es para todo el equipo de trabajo de los Leones. Nos da satisfacción saber que vamos en la ruta correcta”, expresó Misla Villalba a través de un comunicado del BSN.
Uno de los retos más grandes para el apoderado de los Leones este año surgió a días de la celebración del primer juego de la escuadra del dirigente ponceño Nelson Colón cuando la alcaldesa de Ponce, María Meléndez Altieri, y su administración anunciaron su intención de cobrarle al equipo por el uso de su casa, el Auditorio Juan “Pachín” Vicéns, lo que provocó gran incertidumbre y la posibilidad de que Misla Villalba optara por el receso.
Aunque los directivos del equipo y la liga objetaron el cobro por el uso de la instalación deportiva, finalmente el equipo cedió a la imposición de la alcaldesa de Ponce y los Leones jugaron en la Casa de Pachín, ganando el primer partido ante los Brujos de Guayama.
Durante gran parte de la temporada, el equipo tuvo que hacer de tripas corazones ante la ausencia de algunas de sus principales figuras. Sin embargo, los Leones se mantuvieron siempre entre los primeros ocho equipos de la liga.
“Uno planifica, pero no controla todo. Nos pasó con las lesiones durante la temporada a (Ángel Daniel) Vassallo y Carlos Rivera. Carlos realmente jugó por su compromiso con la franquicia y la fanaticada. Algo positivo fue Víctor Liz que estuvo desde el principio. La gente conoció a Víctor y apreció su juego durante toda la temporada”, comentó el apoderado.
Ante la ausencia de sus cañones grandes, Víctor Liz se echó en sus espaldas la carga ofensiva del equipo demostrando que la administración de los Leones había acertado en hacer los cambios necesarios para traerlo a Ponce. Liz fue uno de los máximos anotadores de la liga en la temporada regular al promediar 20.1 puntos por juego.
Los Leones terminaron la etapa regular en el cuarto lugar y en los cuartos de final volvieron a medirse a los Capitanes de Arecibo, quienes por segundo año consecutivo los eliminaron, esta vez en un sexto partido que se fue a tiempo extra en la Casa de Pachín.
“En el día a día hay un grupo de trabajo tomando decisiones como mi hermano Oscar, su esposa y Gabriel Ortiz. Nunca me he sentido solo en este proceso y tampoco nos sentimos mejor que nadie porque todos los apoderados se fajan todos los días y hay algunos que hacen su trabajo prácticamente solos. Hay muchas batallas por ganar y seguiremos haciendo suficiente ruido para que nos escuchen”, destacó Misla Villalba.
El apoderado de los Leones adelantó que ya se encuentra elaborando sus planes para la próxima temporada. Además de mantener la franquicia en Ponce, su equipo de trabajo evalúa la posibilidad de volver a participar en la Liga de las Américas y continuar fortaleciendo las categorías menores en la Ciudad Señorial.
Misla Villalba recibió 63 puntos, incluyendo nueve de primer lugar de la votación que incluyó a miembros de la prensa especializada, apoderados, dirigentes y la Asociación de Jugadores. El apoderado de los Santeros de Aguada, Wilson López, terminó segundo con 50 puntos y Roberto Roca, de los Piratas de Quebradillas, tercero con 33.
Publicado:16 de julio del 2017