Pedro A. Menéndez Sanabria
Voces del Sur
Por los pasados años, Valeria León se desarrolló en diferentes clubes de su natal Ponce, representó a su país a nivel internacional con el equipo juvenil y dejó su marca en el voleibol colegial de Estados Unidos.
La trayectoria de esta deportista, quien este año logró uno de sus mayores sueños al poder vestir los colores del pueblo que la vio nacer, al debutar con el club Ponce Leonas en la Liga de Voleibol Superior Femenino (LVSF), comenzó a sus seis años cuando, junto a su hermana, descubrió el voleibol.
“Mis papás trabajaban hasta tarde y siempre buscaron que nosotras siempre estuviéramos involucradas en algún tipo de actividad y un día nos llevaron a un grupo de voleibol y desde ese día me enamoré del deporte completamente”, narró a Voces del Sur la jugadora.
La fascinación de León con la disciplina no fue una sorpresa en su hogar, ya que su padre, quien es gerente en una compañía de manufactura, se desempeñó como baloncelista en su juventud.
“El deporte está en mi sangre, ha sido algo que me ha fascinado desde pequeña. Me gustaba el baloncesto y el sóftbol, pero el voleibol me robó el corazón al punto era tan ‘fiebrúa’ que quería estar jugando con la bola en casa todo el tiempo”, recordó la deportista, quien indicó que había una cancha a solo minutos de su hogar por lo que pasó gran parte de su niñez cerca de la malla.
La pasión por el voleibol siguió creciendo en el corazón de Valeria León y pronto ya estaba jugando para el equipo de su escuela desde nivel elemental: el Colegio Sagrado Corazón en Ponce. Reconociendo su talento, sus padres matricularon a la sureña en el club Ponce Voli y más adelante en la organización Leonas Voleibol Club. A lo largo del camino, la jugadora absorbió todo conocimiento que pudo del versátil deporte mientras pulía sus habilidades sobre el tabloncillo.
“Mis primeros años en el voleibol fueron excelentes. Creo que la parte que recuerdo con más aprecio fue el cultivar tantas amistades que al día de hoy todavía se encuentran en mi vida. Son años de unidad a través del voleibol, incluyendo varios de los ‘coaches’ que me ayudaron a desarrollarme como atleta y como persona”, manifestó.
Ante el gran reto
Cuando llegó el momento de seleccionar en qué universidad comenzaría a estudiar, los padres de León le propusieron la opción de estudiar fuera de la isla, idea que en principio la ponceña rechazó debido a que en ese momento apenas podía lidiar con el idioma inglés.
“En ese momento sentí algo de miedo ante la posibilidad de fracasar. Estar en universidad de por sí es difícil, pero si a eso le sumas la responsabilidad de ser atleta y no conocer el idioma, se vuelve una gran presión”, señaló.
La familia de Valeria insistió, acentuando que muchas personas quisieran tener la oportunidad de estudiar y poder pulir sus destrezas a nivel colegial en Estados Unidos. Poco a poco el mensaje fue calando y una visita al campus universitario y un compartir con su futuro equipo la convenció de aceptar el reto, lo que la llevó a comprometerme con la Universidad de Ohio State.
La decisión representó un gran sacrificio para la atleta, quien optó por no participar en el Mundial de Voleibol Femenino a nivel Sub-20 con la representación puertorriqueña para llegar dos meses antes a su nuevo espacio educativo y comenzar a aclimatarse al entorno e idioma.
“No conocía a nadie. Tenía 17 años y era la primera vez que me separaba de mi familia y eso me afectó mucho durante el proceso. Además, pasaba horas en tutorías para poder ponerme al día con los cursos ya que el no hablar inglés era una gran barrera”, confesó.
Una vez más, la familia y el deporte se convirtieron en el apoyo de León, quien se creció tanto en la cancha como en el salón de clases. Para su segundo año ya dominaba el inglés y se había ganado un puesto como regular en el equipo de su universidad, las Buckeyes.
“Había muchas personas que creían en mí y solo pensar que rendirme significaría que los iba a defraudar me motivaba a seguir hacia adelante. Mi abuelito me llamaba todos los días y me decía ‘no te quites, yo voy a ti’. Todos me apoyaron, mi mamá, mi hermana, mi papá. Tenía muchas personas que habían sacrificado mucho para que yo pudiera estar aquí, así que decidí luchar por ellos para de alguna forma devolverles todo lo que han hecho por mí”, continuó.
En cuanto al equipo, León no tardó en acostumbrarse al sistema de juego colegial, y su rol como líbero la obligó a convertirse en una líder sobre el tabloncillo. Con el tiempo, su desempeño solo acrecentó, al punto que logró batir la marca de mayor número de defensas en octubre de 2016, record que llevaba vigente por más de una década.
“El pasado año fue bien especial porque es una cuenta regresiva y te envuelven muchas emociones encontradas, pero la realidad fue que fue mi mejor año con el equipo y me disfruté cada segundo”, aseguró.
Honrada de jugar en Ponce
Tras concluida su participación en el torneo colegial, León optó por regresar a Puerto Rico para cumplir el sueño de jugar por las Ponce Leonas. “Representar a Ponce es un honor y fue una de las razones por las que decidí jugar aquí. Además, quiero jugar ante mi familia, en especial frente a mis abuelos”, indicó.
León se ha acoplado con facilidad al estilo de juego de la liga local, donde ha tenido que adaptarse rápido a enfrentar ataques más potentes a los que estaba acostumbrada. Parte de lograr esto en tan corto tiempo, afirmó, se debe a la gran unidad que permea en el equipo.
“Tenemos una química bien bonita dentro y fuera de la cancha. Todas nos ayudamos, lo que hace jugar para Ponce algo bien agradable”, destacó.
El equipo, que previo al inicio de la temporada celebró una serie de partidos amistosos frente a la Selección de República Dominicana, marcha invicto en sus primeros seis compromisos. De acuerdo a la líbero, esto se debe a que gran parte de las jugadoras lleva practicando durante meses, por lo que todas conocen “lo que cada una necesita para dar lo mejor de sí”.
Al igual que sus compañeras, León se ha convertido en un modelo a seguir para la nueva generación de voleibolistas ponceñas que asisten a la cancha Salvador Dijols para ver a su equipo jugar.
“No hace mucho yo también fui balonera y verlas a ellas me recuerda lo mucho que anhelaba jugar por Ponce y vestir los colores de esta ciudad. Siempre que pueda voy a motivar a todas las muchachas a trabajar duro y a que no paren de soñar”, manifestó.
Entre los planes de Valeria León figuran el regresar a Ohio State una vez termine la temporada para completar su bachillerato, ya que le restan todavía un par de cursos por completar para obtener su grado en comunicaciones. Más adelante vislumbra estudiar una maestría o aventurarse al campo del derecho.
Claro está, el voleibol seguirá siendo su soporte a lo largo del camino.
“Este año lo estoy utilizando para aprender y desarrollarme en la liga. Mi meta es convertirme en la líbero de las Ponce Leonas y si surge la oportunidad de representar a Puerto Rico también lo haré. Hay Valeria para rato”, concluyó.
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Publicado: 09 de febrero de 2017.