Pedro A. Menéndez Sanabria
Voces del Sur
Acostumbrarse a las altas temperaturas de Arizona no ha sido tarea fácil para Francisco Del Valle, quien fue seleccionado por los Angelinos de Los Ángeles para formar parte de su organización durante el sorteo de novatos de las Grandes Ligas este año.
Aun así, las temperaturas que en ocasiones ascienden a 115 grados no han impedido que el pelotero sureño promedie al momento .250 de bateo, ya que en sus 17 años de edad ha aprendido a sacrificarse y dar el máximo en el campo de juego.
“La transición no fue fácil, pero me adapté rápido. Allá en el Sur de la isla estamos acostumbrados al calor, pero no compara con lo que se vive aquí en Arizona, que está la sede de la ‘rockie league’ de la organización. Aquí la temperatura se trepa a 115 grados, por lo que al principio terminaba agotado de las prácticas, pero ya he ido acostumbrándome y para esto fue que trabajé fuerte y es por lo que quiero seguir luchando”, relató el deportista de apenas 17 años de edad a Voces del Sur durante una entrevista telefónica.
Por las pasadas semanas, Del Valle ha demostrado que a su corta edad es capaz de jugar con peloteros de 20 y 21 años conectando consistentemente a la pelota en seis de los ocho partidos en los que ha visto acción en la Liga de Novatos de los Angelinos.
“Llegué aquí en junio 16, pero empecé a jugar en julio 10 porque me lastimé la muñeca. Para ser mi primer año he lucido bastante bien. He dado mis dobles y mis líneas. Ahora mismo bateo para un promedio de .250, que para ser novato es bueno”, opinó el jardinero nacido en Ponce, que aseguró que la música lo ayuda a mantenerse relajado durante los entrenamientos por lo cual escucha a Drake, otros artistas de hip hop, el género de electrónica y un poco de reguetón durante las sesiones de práctica.
Emotiva selección
Para este prospecto puertorriqueño, la Liga de Novatos representa un nuevo capítulo en una larga historia que se remonta a sus ocho años de edad, cuando comenzó a jugar con el equipo de los Bravos de Santa Isabel.
“Esto de ser seleccionado en el ‘draft’ a los 17 años no es cosa fácil, requiere mucho sacrificio y horas de entrenamiento”, resaltó Del Valle, quien se convirtió en el pelotero más joven de los Angelinos cuando la organización lo seleccionó en la ronda 14 del sorteo.
La elección del equipo de Grandes Ligas causó gran conmoción en la familia de Del Valle, ya que al momento que ocurrió ni él ni ninguno de sus allegados estaba pendiente a la lotería pues pensaban que el proceso ese día comenzaba más tarde.
“Muchos de los ‘scouts’ con los que habíamos hablado nos dijeron que la probabilidad era alta de que fuera seleccionado entre las rondas cinco y 10, pero la realidad es que el ‘draft’ es difícil de predecir. En el segundo día del evento fueron pasando las rondas y vimos que no nos llamaban y finamente llamamos a mi agente que nos confirmó que no iba a ser elegido antes de la ronda 11. En ese momento me frustré porque yo sabía que tenía el talento para estar entre esas rondas”, narró.
En las primeras dos fechas, el sorteo comenzó a la 1:00 p.m., por lo que la familia Del Valle esperaba que el tercer día fuera similar. No imaginaban que ell evento iniciaría a las 11:00 a.m. Poco después del mediodía, una llamada de un cazatalentos al padre de Del Valle dejó a todos boquiabiertos.
“’Felicidades, ya eres un ángel’, nos dijo. Nosotros no quedamos pasmados. ‘¿Qué? ¿Pero, no están siguiendo el draft?’ nos preguntó. Rápido fuimos a ver la tabla y cuando vi mi nombre allí me emocioné mucho. Abracé a papi y a mami y a todos los que estaban allí”, narró.
Para Del Valle, ser elegido por una organización como los Angelinos es un honor ya que se trata de un equipo con un gran legado histórico donde los puertorriqueños Bengie y José Molina dejaron su marca.
“Me siento bendecido y afortunado de estar en una organización como la de los Angelinos que, además de tener una gran historia, se ha mantenido sólida durante los pasados años y ¿qué mejor que estar en una organización que tiene al mejor pelotero de las Grandes Ligas?”, añadió Del Valle al hacer referencia al también jardinero Mike Trout.
Impulso familiar
Aunque esta nueva etapa lo ha alejado físicamente de la isla, Del Valle se mantiene en contacto prácticamente todos los días con sus familiares, principalmente con su padre, quien durante sus años de formación fue la figura que siempre estuvo ahí para motivarlo a continuar mejorando en el terreno de juego.
“Mi papá también practicó pelota desde pequeño y luego jugó en Doble A. Todo lo que sé ha sido porque él ha estado ahí todo el camino, junto a mi mamá que siempre me ha apoyado. No fue fácil ya que me exigió mucho y la verdad es que cuando pequeño era medio vago, pero esa insistencia fue lo que me ayudó a llegar a donde estoy ahora”, reconoció.
Justo antes de comenzar a cursar su segundo semestre del décimo grado en un colegio de Coamo, los padres de Del Valle decidieron matricularlo en la Puerto Rico Baseball Academy en Gurabo, lo que resultó en una movida acertada ya que cambió totalmente la perspectiva de vida del prospecto, quien desde ese entonces se enfocó totalmente en el béisbol.
“Allí cambió mi enfoque, ya no estaba interesado en el vacilón con las amistades o estar en fiestas, lo único que importaba era mejorar mis destrezas. Llegaba temprano a la academia, tomaba tres clases de 8:00 a.m. a 11:45 a.m., almorzaba y de 1:00 p.m a 4:30 p.m. estaba entrenando. Papi me buscaba como a las 5:30 p.m., llegábamos a Santa Isabel como a las 7:00 p.m. para comerme algo y arrancábamos para el parque a practicar. Así era todos los días”, detalló.
El deportista reconoció que la rutina no era fácil ya que salía “explotao” de la academia y básicamente dormía todo el camino de regreso y en ocasiones no tenía ganas para continuar sus entrenamientos. Pero su padre siempre estuvo ahí con él.
“Papi no podía dormirse en el camino porque era el que estaba guiando, y aun así me motivaba a seguir hacia adelante porque creía en mí. Luego en la academia varios de los instructores, que también son ‘scouts’ para equipos, comenzaron a decirme que era material de Grandes Ligas y eso lo único que hizo fue motivarme aún más. Me decían que tenía talento y que podría llegar lejos y ahí fue que metí mano y le puso todo mi empeño”, continuó.
Ahora en Arizona, la madurez de Del Valle hace que prácticamente nadie le crea que tiene solo 17 años. Ha entablado una buena relación con otros deportistas latinos y en el poco tiempo libre que tiene aprovecha para ir a los centros comerciales y disfrutar de los estrenos en la pantalla grande.
Publicado: 11 de agosto de 2016