Los padres de los alumnos de la escuela Pedro P. Soto de Salinas están de plácemes ya que este año no tuvieron que invertir dinero en nuevos uniformes para sus hijos de cara al año académico 2016-2017, porque confinados de varias instituciones carcelarias se encargaron de confeccionar y donar los mismos.
Como parte de una iniciativa del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR), que cuenta con el endoso del Departamento de Educación, se trabajaron cientos de piezas de ropa. Se informó que 310 polos y pantalones fueron destinados a los alumnos del plantel sureño, mientras que otros 300 fueron entregados a estudiantes de la escuela Evaristo Camacho de Manatí.
“Es un excelente proyecto donde ayudamos a muchos estudiantes a adquirir gratuitamente su uniforme y de igual manera sirve de adiestramiento en los cursos de diseño, corte y confección de ropa, donde nuestros confinados están matriculados”, indicó a través de un comunicado el secretario del DCR, Einar Ramos López.
La confección de los uniformes estuvo a cargo de 15 confinadas de la Escuela Industrial Para Mujeres de Vega Alta; cinco reclusos de Guayama Mil y otros nueve de la institución Ponce Principal del Complejo Correccional Las Cucharas que ubica en la Ciudad Señorial. Los trabajos fueron realizados en los talleres de costura de las mencionadas instituciones como parte del Programa de Empresas de Adiestramiento y Trabajo (PEAT).
El DCR invirtió $7,000 en este proyecto.
“Estamos muy agradecidos por el trabajo y confiamos en que la entrega de estos uniformes represente un alivio en la carga económica que sabemos representa para los padres el inicio de un nuevo curso escolar”, indicó el titular de Educación, Rafael Román Meléndez.
Ramos López aprovechó la ocasión para destacar que otro grupo de reclusos forma parte de las brigadas del proyecto “Esta es mi escuela”, que realiza trabajos de limpieza y pintura en 12 escuelas de pueblos como Bayamón, Río Grande, Arecibo, Aguadilla, Ponce, Peñuelas, Salinas y Guayama.
