Un llamado a la acción y un reclamo de apertura enmarcaron el primer mensaje de monseñor Rubén Antonio González Medina ante la feligresía sureña que se dio cita a la Catedral Nuestra Señora de Guadalupe para escuchar las primeras expresiones del líder religioso luego de que el papa Francisco lo designara obispo de la diócesis de esta ciudad.
González Medina, quien fue presentado por el arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, confesó que todavía no ha salido de su asombro ante la noticia de que el sumo pontífice lo seleccionara para dirigir el destino de la comunidad católica que abarca los pueblos de Ponce, Adjuntas, Arroyo, Coamo, Guánica, Guayama, Guayanilla, Jayuya, Juana Díaz, Patillas, Peñuelas, Salinas, Santa Isabel, Villalba y Yauco.
González Medina, quien pertenece a la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, conocidos como los Claretianos, aprovechó la ocasión para hacer un llamado a los distintos componentes de la diócesis de Ponce a que le comuniquen su visión sobre cuál debe ser el camino a seguir de ahora en adelante.
“No vengo aquí con un libreto. Esto tenemos que hacerlo entre todos. Háblame, háblame que voy a escuchar”, exhortó González Medina ante las decenas de sacerdotes, monjas y personalidades que acudieron a la catedral. Entre los presentes se encontraban el exgobernador Rafael Hernández Colón, la alcaldesa de Ponce, María Meléndez Altieri, y el presidente de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico en Ponce, Jorge Iván Vélez Arocho.
“Tenemos que dejar de ser la iglesia de la estaca y ser una iglesia misionera, que tenga piernas y se mueva. Hay que salir a la calle a llevar el mensaje de evangelización”, subrayó el obispo al tiempo que recordó que el papa Francisco le ha reiterado a los católicos la importancia de «ser misericordiosos”.
Asimismo, el obispo electo destacó el rol de los medios de comunicación social y el uso de las redes sociales para transmitir mensajes, y manifestó en más de una ocasión que para lograr cumplir su labor a cabalidad necesita “de todos”, por lo que recalcó que “nadie debe sentirse excluido o excluida”.
El nombramiento de González Medina, el primero que hace el papa Francisco en Puerto Rico, ocurre luego de que el sumo pontífice oficializara el retiro de monseñor Lázaro Martínez. El español presentó su renuncia hace cinco años, luego de cumplir 75 años, edad que establece del derecho canónico para el retiro. Sin embargo, aunque el entonces papa Benedicto XVI la aceptó, lo dejó en su puesto.
La jerarquía católica todavía “baraja” una fecha para llevar a cabo la toma de posesión. Mientras tanto, Lázaro Martínez, quien no pudo estar presente en actividad, continuará como administrador de la diócesis sureña. La iglesia tiene hasta dos meses luego del anuncio para completar el proceso.
González Medina, por su parte, quedará como administrador de la diócesis de Caguas, de la que ha sido obispo desde febrero de 2001. El papa Francisco debe nombrar su sucesor.
El designado obispo de Ponce, quien fue descrito por el arzobispo González Nieves como una persona alegre, dinámica y con un gran don de comunicación, fue presidente de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña (CEP). Actualmente, preside el Departamento de Familia, Vida y Juventud del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), así como tres comisiones de la CEP: los medios de comunicación; los seminarios y las vocaciones, y la liturgia
